
Los efectos varían en función de las personas pero diferentes investigaciones han demostrado el vínculo entre el uso de la tecnología antes de acostarse y una peor calidad del sueño . Esta conclusión es válida para cualquier tipo de dispositivo: móviles, tablets, ordenadores, ebooks, TV, etc..
En nuestro móvil conviven muchos “ladrones de tiempo”: las plataformas de streaming, las redes sociales, los vídeos cortos… Muchas de las apps que utilizamos día a día están diseñadas para engancharnos y cuentan con características, como el scroll infinito, que han nacido con el objetivo de que pasemos horas y horas mirando a la pantalla.
Esto tiene muchas consecuencias, entre ellas, nos está haciendo perder horas de sueño. En el caso de los adolescentes, las consecuencias pueden ser peores que en los adultos. Más de un 60% de adolescentes tiene problemas para dormir y el uso de pantallas en la cama es uno de los culpables.
La falta de descanso tiene consecuencias para la salud física y mental, más allá del peor rendimiento escolar. Desde dolores de cabeza más frecuentes, rigidez de cuello, bruxismo o falta de concentración.
Uno de los motivos es que hemos convertido la cama en un espacio para el ocio, un hábito que continuamente está siendo cuestionado por los profesionales de la salud. Uno de los últimos estudios, publicado en la revista científica Frontiers in Psychiatry, revela que una hora de pantalla en la cama aumenta en un 59% el riesgo de sufrir insomnio.
La evidencia científica lleva bastante tiempo avisando: los problemas de sueño tienen una correlación con el incremento del riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares, metabólicas, hormonales y neurodegenerativas.
Evitar el uso de pantallas iluminadas en la cama es una prioridad para una buena higiene del sueño. Es especialmente importante para los adolescentes, por tener unas necesidades mayores en términos de horas de sueño, pero esto es extrapolable al resto de personas.
La luz azul de las pantallas suprime la producción de melatonina, lo que puede dificultar la conciliación del sueño y mantener un sueño reparador.
El uso de pantallas antes de dormir puede aumentar los niveles de cortisol, la hormona del estrés, lo que a su vez puede dificultar la relajación y el sueño.
El insomnio y la falta de sueño pueden tener efectos negativos en la salud, incluyendo problemas de atención, cambios de humor, y aumento del riesgo de enfermedades crónicas.
Alternativas:
En lugar de usar pantallas, se puede optar por leer un libro físico para relajarse antes de dormir.
Tomar un baño caliente antes de acostarse puede ayudar a relajar los músculos y preparar el cuerpo para el sueño.
Escuchar música relajante o sonidos ambientales puede ayudar a inducir el sueño.
Realizar prácticas de meditación o yoga antes de dormir puede ayudar a reducir el estrés y mejorar la calidad del sueño.